Publicado: Mar 2020 | DOI: 10.20944/preprints202003.0197.v1

2019 Nuevo brote de Coronavirus: Una revisión de la literatura actual y de las consideraciones del entorno construido para reducir la transmisión

Dietz, L. | Horve, P.F. | Coil, D. | Fretz, M. | Van Den Wymelenberg, K.


Resumen

Los autores de este estudio examinaron las investigaciones más importantes realizadas en la última década sobre la microbiología del medio ambiente construido (sus siglas en inglés BE) y la información conocida sobre el SARS-CoV-2. El objetivo fue proporcionar una orientación práctica y viable a los responsables de la toma de decisiones sobre el EB, a los administradores de edificios y a todos los visitantes de edificios públicos que intentan reducir al mínimo la transmisión de enfermedades infecciosas.

Prácticas operativas de HVAC para reducir la propagación del SARS-CoV-2

Se ha confirmado que el SARS puede ser, y es más a menudo, transmitido a través de gotas. Teniendo en cuenta que el SARS-CoV-2 proviene de un clado hermano del virus del SARS de 2002, que se sabe se transmite de persona a persona, la alta incidencia de transmisión observada de persona a persona y la rápida propagación del COVID-19 en todo el mundo, en este momento se acepta en general que el SARS-CoV-2 también puede propagarse por medio de gotas.

Sobre la base de investigaciones previas sobre el SRAS, la propagación mediante la aerosolización sigue siendo un método de transmisión secundario potencial, especialmente dentro del BE que contiene unidades de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC).

    • Las fracciones de aire exterior más altas y las tasas de intercambio de aire más altas en los edificios pueden ayudar a diluir los agentes contaminantes que se respiran dentro del BE. Es posible obtener fracciones de aire exterior más elevadas aumentando las posiciones de las compuertas de ventilación en las unidades de tratamiento de aire, agotando así una mayor proporción de aire interior y cualquier partícula viral transmitida en el aire presente. Para los edificios sin sistemas de climatización central, el simple hecho de abrir las ventanas, cuando las temperaturas exteriores lo permitan, aumentará el intercambio de aire.
    • Mantener una humedad relativa interior entre el 40% y el 60% puede ayudar a limitar la propagación y la supervivencia del SARS-CoV-2 dentro del BE. Al mismo tiempo, mantiene hidratadas e intactas las barreras mucosas de los visitantes, lo que resulta en un aumento de la resistencia contra cualquier ataque microbiano.
    • La luz es otra estrategia de mitigación para controlar la viabilidad de algunos agentes infecciosos en interiores. Los administradores de los edificios deben alentar a que se abran las persianas y las cortinas, para permitir la entrada de luz solar. La aplicación de un tratamiento UVGI específico puede ser la mejor opción en espacios donde los individuos que dieron positivo en la prueba de COVID-19 eran visitantes concurrentes.

    Prácticas de higiene personal para reducir la propagación del SARS-CoV-2

    • El lavado adecuado de las manos es un componente crítico para controlar la propagación del SARS-CoV-2, así como de otros coronavirus y de muchas infecciones respiratorias.
    • Las personas deben evitar el contacto y la proximidad espacial con las personas infectadas.

    • Properly applied hand sanitizer may be a valuable tool against the spread of SARS-CoV-2 in the BE.
    • Cualquier artículo debe ser retirado de las áreas de los lavabos para asegurar que las gotas de agua contenidas en el aire no lleven partículas virales a los artículos de uso común, y las superficies alrededor de los lavabos deben ser limpiadas con cloro o un limpiador a base de alcohol de manera regular.

    Los administradores de edificios hacer públicos los señalamientos sobre la eficacia del lavado de manos durante al menos 20 segundos con agua caliente y jabón, asegurarse que los dispensadores de jabón estén llenos, proporcionar acceso a un desinfectante de manos a base de alcohol e implementar protocolos de limpieza habitual de las superficies de alto contacto donde los riesgos de contaminación son mayores, como alrededor de los lavabos y los inodoros.

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      Opinión médica

      por el Dr.med. Walter Hugentobler

      Esta revisión de la literatura ofrece información valiosa para los administradores de edificios sobre las medidas que pueden tomar para mitigar la propagación de COVID-19.

      Además de las recomendaciones regulares que nos brindan los gobiernos sobre el lavado de manos y el distanciamiento social, sus conclusiones muestran que el aumento de la tasa de intercambio de aire, el mantenimiento de la humedad interior a 40-60%HR (no alcanzable en invierno sin una humidificación activa) y el aumento de la luz natural pueden contribuir positivamente en estos casos.

      Los estudios científicos a los que se hace referencia en esta revisión bibliográfica proporcionan una valiosa información sobre cómo podemos crear un entorno construido más saludable, no sólo en un momento de crisis sino en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, si los hospitales y los lugares públicos mantuvieran la humedad interior en la 40-60%HR recomendada, muchas vidas se salvarían cada año por la reducción de la transmisión de la gripe.

      Otros estudios científicos relacionados con la humedad y la salud..